La tormenta de Santa Rosa llegó a Buenos Aires a finales de agosto, tal como se le espera cada año. Rodeada, como siempre, de gran incertidumbre sobre su intensidad, impacto y consecuencias, especialmente en las zonas de mayor vulnerabilidad y riesgo para la población. Unas horas antes, finalizaban en la ciudad las intensas jornadas de la VIII Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas, considerado uno de los foros más amplio y diverso sobre el tema en la región, convergencia de múltiples visiones, en el cual participó el programa COPOLAD III brindando la oportunidad de contar en el mismo con las Autoridades Nacionales de Drogas de una media docena de países de la región, quienes aportaron su análisis y valoración del problema y de las estrategias de respuesta que implementan. A ello se sumaban otras agencias internacionales y organizaciones de la sociedad civil que presentaban evidencias de la necesidad de transformar las políticas y daban voz a los diferentes colectivos y actores sociales involucrados.
Durante tres días de presentaciones, reflexión y rico debate, este foro latinoamericano -organizado por el Consorcio CONFEDROGAS e Intercambios Asociación Civil, junto a otros socios estratégicos- permitió acercarse a las diversas vivencias y posturas de aquellos grupos sociales que sufren más directamente las consecuencias del fenómeno y de una “lucha contra las drogas” que se extiende en el tiempo sin que logre consolidar avances efectivos en el control de la oferta, ni en la mejora de la vida de las personas, familias y comunidades que se ven directamente afectadas.
Contextos de criminalización
En contextos marcados por la criminalización, el endurecimiento de las penas y el prohibicionismo, la capacidad de respuesta de los países parece irse agotando, al mismo tiempo que se acumulan evidencias de las problemáticas sociales que se asocian al crecimiento de las economías ilícitas. La superposición de factores de vulnerabilidad social acentúa los efectos de las respuestas más represivas en materia de drogas: reduciendo los recursos de prevención, atención socio-sanitaria y cuidado que se requieren, profundizando la exclusión y la desigualdad en los territorios y retroalimentando el problema en sus dimensiones más preocupantes.
Frente a este escenario hemisférico de relativo estancamiento, es sin duda una obligación detenerse a escuchar el testimonio de quienes viven en primera línea la realidad y consecuencias del fenómeno de las drogas en todas sus dimensiones, y cuya participación pasa a ser más importante que nunca para el diseño y adecuado enfoque de las políticas. Es aquí donde se descubre el inmenso valor de los espacios de encuentro e intercambio en los que las instituciones implicadas pueden encontrar una interlocución con agentes sociales que validen la orientación y viabilidad de las estrategias, así como potenciales aliados para su implementación y seguimiento.
Hojas de ruta en los países
El último día del evento, el equipo de COPOLAD y los países participantes se reunieron en un taller que permitió lanzar las primeras propuestas para avanzar en líneas estratégicas de desarrollo y derechos de sus respectivas políticas nacionales de drogas. Ventanas de oportunidad identificadas en diferentes contextos y que, traducidas en líneas de acción, permitirán comenzar a configurar hojas de ruta por país .
Como la tormenta de Santa Rosa que se abate cada año sobre localidades del Sur de América, lo mismo se podría esperar frente al complejo fenómeno de las drogas que. A través de los Observatorios Nacionales, Centros de Investigación, dispositivos territoriales de atención y organizaciones de la sociedad civil, se va conociendo cada día más. Esto nos pone frente al gran desafío de reorientar o terminar de descartar lo que ha resultado claramente ineficaz e insostenible y apostar por una visión de política y modelos de intervención más humanos e innovadores, respetuosos de los derechos, valores que promueve COPOLAD III en sus intervenciones. Un compromiso que asumieron las organizaciones, países y actores internacionales que se encontraron bajo aquel auspicioso cielo de Buenos Aires.