Elaborar una agenda nacional de investigación en drogas presenta varios desafíos, como la necesidad de utilizar métodos diversos para apoyar el proceso de definición de prioridades de investigación, considerando los problemas existentes, las poblaciones afectadas, las conceptualizaciones que los diferentes actores tienen respecto de los problemas a abordar y los recursos disponibles para llevar adelante el plan. El establecimiento de prioridades de investigación es esencial para mejorar las políticas de drogas, más aún si se incorporan las perspectivas de derecho y de género en la definición de los problemas de drogas. Mediante una coordinación eficaz y evitando la duplicación de esfuerzos, se optimizan los recursos y se asegura que los estudios sean relevantes y efectivos. Sin embargo, a menudo existen brechas entre la investigación y la política, atribuibles a debilidades en la comunicación y a la falta de conexión entre disciplinas en la política de drogas.
Al determinar prioridades de investigación, es posible superar estas brechas y asegurar que los hallazgos científicos se utilicen eficazmente para informar y mejorar las políticas de drogas. Una investigación bien coordinada y enfocada en áreas prioritarias contribuye significativamente a políticas de drogas más sólidas y eficientes, al permitir la integración de resultados científicos relevantes en la toma de decisiones.