La relación entre narcotráfico y destrucción ambiental, uno de los fenómenos más alarmantes pero menos visibilizados de las últimas décadas, centra la atención de fiscales iberoamericanos convocados por el Programa COPOLAD III de la Unión Europea y la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP) al Taller de Análisis y Diagnóstico “Narcotráfico y su Impacto en el Medio Ambiente: Lineamientos para su Persecución Penal”, que se celebró los días 7 y 8 de julio en Cartagena de Indias (Colombia).
El evento forma parte de un proceso técnico impulsado por el Programa COPOLAD III, en conjunto con la Red de Fiscales Antidrogas y la Red de Protección Ambiental de la AIAMP. El objetivo es avanzar en la elaboración de lineamientos para la investigación penal de los delitos ambientales derivados del tráfico ilícito de drogas. Contó con la presencia de las fiscalías de Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, España, Francia, Perú y Uruguay.
“El Informe Mundial sobre las Drogas 2025 de Naciones Unidas documenta cómo la producción de drogas ilícitas contribuye a la deforestación, al uso indiscriminado de químicos tóxicos y al desplazamiento de comunidades rurales e indígenas”, expresó José Ferreira, jefe de la sección política de la Delegación de la Unión Europea en Colombia.
La agenda incluyó intervenciones de expertos de la UNODC y de la European Union Drugs Agency (EUDA). También participaron representantes de Eco-Solve (proyecto financiado por la UE, gestionado por la Global Initiative Against Transnational Organised Crime y dedicado a combatir el crimen ambiental transnacional) y del proyecto “Seguridad, conflictividad y medio ambiente en la Amazonía”, una iniciativa de la UE implementada por la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible de Colombia y el Instituto Igarapé de Brasil.
Durante dos jornadas, representantes de Ministerios Públicos de América Latina y Europa compartieron experiencias y desafíos en la persecución penal del narcotráfico cuando éste produce afectaciones directas a ecosistemas, bosques, fuentes hídricas y biodiversidad. También se abordará cómo los delitos ambientales pueden estar vinculados o incluso ser facilitados por organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas.
El taller también marca el cierre de una etapa diagnóstica regional y el inicio del diseño de una guía orientativa para Ministerios Públicos, que ofrecerá criterios técnicos y jurídicos para abordar la doble dimensión penal de estos delitos: la del narcotráfico y la de los crímenes ambientales.
“El medio ambiente no puede ser víctima invisible del narcotráfico”
En la apertura del acto, Rosa Ana Morán, Fiscal de Sala Jefa de la Fiscalía Especial Antidroga del Gobierno de España, invitó a los y las asistentes a “conseguir que la sociedad sea consciente de que el tráfico de drogas también causa un daño enorme al medio ambiente”.
“Gracias a COPOLAD III, la AIAMP puede estar trabajando estas temáticas. Esta reunión es el punto de partida para que abramos los ojos desde la fiscalía antidroga y de trabajar conjuntamente, con nuestros compañeros expertos en medio ambiente, con un enfoque compartido que permita mejorar nuestro trabajo”, subrayó.
Por su parte, Ower Quiñones, Director Especializado para los Delitos contra los Recursos Naturales y el Medio Ambiente de la Fiscalía General de Colombia, señaló que “el narcotráfico es un fenómeno criminal que ha dejado huellas profundas en nuestro ecosistema”. Por esta razón, “vamos a trabajar para que esta iniciativa no se quede en el diagnóstico y avance hacia la acción concreta y transformadora”. “El medio ambiente no puede ser víctima invisible del crimen organizado”, dijo.
Durante la segunda jornada, Jean-Philippe Rivaud, Fiscal General Adjunto del Tribunal de Apelación de DOUAI (Lille), explicó que el territorio francés más impactado por el narcotráfico es la Guayana francesa: “La extracción ilegal de oro tiene lazos fuertes con el crimen organizado, el tráfico de drogas, de armas y la trata de seres humanos. No podemos separar estas temáticas. Todo está mezclado”.
Todos y todas las participantes coincidieron en la necesidad de conectar el trabajo entre los fiscales que actúan en materia de drogas y en materia ambiental, con prácticas y lógicas diferentes.
Narcotráfico y medio ambiente: una amenaza conjunta
Aunque la dimensión sanitaria y criminal del narcotráfico ha sido extensamente estudiada, sus efectos ambientales son todavía insuficientemente atendidos. Desde el uso indiscriminado de precursores químicos hasta la deforestación de áreas protegidas para cultivos ilícitos, pasando por la contaminación de ríos y suelos, el daño ambiental provocado por estas redes afecta gravemente a regiones como el Amazonas, los Andes y Centroamérica.
Según el último informe Anual de Naciones Unidas, el vínculo entre narcotráfico y delitos ambientales ya se ha documentado en zonas críticas como el Triángulo de Oro (Sudeste Asiático) y el bioma amazónico, generando impactos acumulativos que requieren nuevas herramientas de persecución penal y cooperación judicial internacional.