El encuentro internacional de Observatorios Nacionales de Drogas (OND) realizado en el marco del emblemático EMCDDA, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías en Lisboa, marcó la potencia de las Américas como región particular y diversa, de admitir la necesidad de pensar, develar y comprender la lógica de los problemas de drogas. Problemas que, aun teniendo manifestaciones diversas según las naciones, han sido moldeados por similares procesos. América Latina y el Caribe hoy, muestran un agravamiento de los problemas asociados al tráfico de drogas y al consumo problemático de sustancias, cuyas motivaciones son diversas. Diversidades que requieren ser abordadas desde el conocimiento para comprender la intersubjetividad en juego en los grupos sociales, el sentido que adquieren los consumos problemáticos en sociedades con dificultades para la inclusión y para un futuro digno y el entramado geopolítico de estas cuestiones.
Para qué
Entonces, el para qué producir conocimiento es una pregunta que inició la semana y que vincula a los Observatorios con la política, donde se pone en juego la pertinencia, oportunidad e incidencia del conocimiento. Los problemas que nuestras sociedades tienen y que deben ser resueltos, aparecieron como un gran ordenador de la acción.
Durante la semana fuimos aprendiendo, discutiendo, pensando que el cómo es tan importante como saber para qué lo hacemos. ¿Lo hacemos mirando a las personas en tanto pertenecientes a una totalidad o descubriendo una multiplicidad de condiciones que las vuelven tremendamente diferentes, como el género, como la edad, como las condiciones de vulnerabilidad económica y social?
Visibilizar
Reflexionamos que es necesario orientar la producción de conocimiento en los OND y en nuestros países a visibilizar lo que estaba invisibilizado, lo que estaba sumergido en la generalidad, en la comodidad del pensar y en la simpleza de la sistematización que supone centrarse en las cosas -drogas y abrir una mirilla que alumbre a personas, mujeres, hombres, trans, niños, niñas y adolescentes, jóvenes, comunidades, y a las motivaciones detrás de cada conjunto de cosas registradas.
El cómo hacerlo tiene también el costado práctico, de gestión. ¿Continuamos trabajando de modo solitario o con algunos socios/as? ¿O ampliamos nuestra mesa e invitamos a muchos/as otros/as con enfoques diversos, con trayectorias que a veces incomodan, pero valen? ¿Y si también nos damos un paseo por todo lo que hay en la Academia, comunidades, sociedad civil o incluso y precisamente en usuarios, en términos del conocimiento académico, científico, social y comunitario?
Lisboa, cuna del gran Pessoa, nos marca el hartazgo de la rutina y nos lanza hacia un nuevo comienzo. Y tal como dice el poeta, hacer de la interrupción un camino nuevo.
Graciela Ahumada es experta del componente de Observatorios de COPOLAD. LLeva 20 años investigando sobre diversos aspectos relacionados con la reducción de la demanda y de la oferta de drogas: diseño de planes nacionales, diseño de programas de investigación, asesoramiento en la formulación de programas de prevención y tratamiento y en la implementación de sistemas de información en Argentina y en países de la región.