El nuevo Observatorio, promovido por el Ministerio de Justicia de Cuba y la Comisión Nacional de Drogas, ha sido posible gracias al acompañamiento técnico del programa COPOLAD III, financiado por la Unión Europea.
“El Observatorio que hoy inaugura Cuba se alinea con la estrategia de la UE de drogas: sin datos no hay política”, subrayó Pablo Benitez, encargado de Política, Prensa e Información de la Delegación de la Unión Europea (UE) en Cuba, destacando que este nuevo instrumento no solo beneficiará al país caribeño, sino que fortalecerá la arquitectura regional de información sobre drogas.
El Observatorio permitirá la coordinación en la sistematización y análisis de indicadores clave para el monitoreo y evaluación de las políticas de drogas, ampliar y orientar el conocimiento sobre los diferentes temas y áreas que hacen a la problemática a través de la red nacional de investigación e implementar un sistema de alerta temprana y fortalecer la cooperación técnica con otros países. Todo ello bajo un enfoque interinstitucional, basado en derechos humanos, salud pública y seguridad ciudadana.
COPOLAD III, liderado por la Fundación para la Internacionalización de las Administraciones Públicas (Fiap), trabaja desde hace más de 12 años en el acompañamiento y fortalecimiento de los Observatorios de Drogas de América Latina y Caribe y el impulso de sistemas de alerta temprana.. En esta última fase se ha apoyado la creación de estrategias de investigación, comités científicos y el mapeo de actores que pueden contribuir a la evidencia sobre drogas.
El director de la Fiap, Francisco Tierraseca, valoró el proceso como “una transformación institucional” que dota a Cuba de una “herramienta técnica y especializada” para anticipar tendencias, diseñar políticas públicas eficaces y compartir buenas prácticas a nivel regional. “No hablamos de transferencia de modelos, sino de soluciones construidas desde el respeto a la experiencia local”, afirmó.
En la misma línea, Borja Díaz Rivillas, director de COPOLAD III, destacó que el trabajo con Cuba representa el espíritu de la cooperación horizontal del programa: “co-diseñar herramientas útiles desde el respeto, la escucha y el conocimiento compartido”. Díaz resaltó la calidad del proceso cubano y su potencial para colaborar con redes europeas como REITOX (que conecta los sistemas nacionales de información sobre drogas en la UE) y fortalecer la inteligencia colectiva ante un fenómeno global.
El evento también sirvió para anunciar próximas acciones, como pasantías técnicas, proyectos de investigación aplicada y la participación en la reunión de observatorios de América Latina y Caribe en México en septiembre, en el marco del aprendizaje entre pares.
Con la participación de más de una docena de entidades cubanas —desde Salud Pública, Interior y Educación hasta la Fiscalía, Aduanas y la industria farmacéutica—, el Observatorio Nacional de Drogas representa un avance estratégico en la institucionalización de políticas públicas sostenidas y basadas en evidencia, que refuerza tanto las capacidades internas como la proyección internacional de Cuba.